lunes, 30 de abril de 2007

historia de la jap



JUVENTUD APRISTA PERUANA JAP
“El día sábado 6 de enero de 1934, feriado por PASCUA DE REYES, se fundó la FEDERACIÓN APRISTA JUVENIL – FAJ”, antecesora de la actual JUVENTUD APRISTA PERUANA – JAP, relata Luis Alberto Sánchez.
“Era un grupo de jóvenes entre los dieciocho y veinte años, asesorados por el maestro RAMIRO PRIALE. Entre ellos: NICANOR MUJICA, LUIS RODRÍGUEZ VILDÓSOLA, ANDRES TOWNSEND, HUMBERTO SILVA SOLIS, ARMANDO VILLANUEVA, PABLO SILVA, PEDRO JIMÉNEZ, BIAGGIO ARBULU, GUILLERMO CABRERA CHARUN, SUSANA MEDRANO y el “Canillita” PALOMINO. Estaban imbuídos del puritanismo de HAYA de la TORRE y querían fundar un movimiento de rescate moral, profundizamiento doctrinario y activismo pleno en el seno del PAP”.
“La actuación tuvo como oradores a HAYA DE LA TORRE, RAMIRO PRIALE, LUIS ALBERTO SÁNCHEZ, PEDRO JIMÉNEZ, SUSANA MEDRANO y el “Canillita” PALOMINO”.
“La única información publicada sobre el acto, apareció en “LA TRIBUNA”. LA JUVENTUD DEBE SENTIRSE LIBRE DE LAS HERENCIAS MISERABLES QUE NOSOTROS TUVIMOS QUE ARRASTRAR” dijo HAYA a los jóvenes apristas de la FAJ, rezaba el titular”.
El comentario de LA TRIBUNA, nos reproduce Luis Alberto Sánchez, decía: “...asistieron delegados de todos los comités de Lima y Balnearios, y de las células residenciales para incorporarse dentro de los organismos del partido, pero no como simples fuerzas activas, disciplinadas y constructivas”.
Como primer Secretario General resultó electo ARMANDO VILLANUEVA DEL CAMPO, El antecesor directo de la FAJ, fue el SEA (SINDICATO DE ESTUDIANTES APRISTAS) y también, embrión del actual COMANDO UNIVERSITARIO APRISTA.
Las condiciones generales, en las cuales aparece la FAJ en el escenario político, están caracterizadas por la ilegalidad del PAP y la acción netamente clandestina de los dirigentes a la cabeza de sus respectivos organismos de lucha.
En ése período, la juventud actuó como peón y tuvo un papel vigoroso en el terreno de batalla, sin otro propósito que el de servir a la causa del partido y por cuya causa el Perú entero y, especialmente la juventud, padece aún las secuelas de aquellas tres tiranías: Benavides 1934-1939, Prado 1939-1945, Odría 1948-1956.
La heroicidad de las juventudes apristas merecería muchas páginas mas que las que permite este texto, ya que a través de la historia del partido mismo, han quedado registrado cientos de ejemplos de valor y heroísmo.
El partido, a iniciativa de las juventudes entrelaza a través del fortalecimiento del Frente Único su accionar con la Confederación de Trabajadores del Perú (CTP), cuya dirigencia integraba el Fajista JUAN MAC LEAN, muerto posteriormente por la grave afección de una inhumana carcelería.
El II Congreso Nacional JAP, en 1965, se reúne en Huancayo. HAYA de la TORRE, en el extranjero, recomienda acentuar la preparación doctrinaria. El evento, dió prioridad a la “impostergable necesidad de emprender una campaña de difusión doctrinaria”, concientes que solo un joven debidamente preparado podría enfrentar los avatares del debate político y su propia forjación como futuro dirigente del APRA.
Tres años después, el III Congreso Nacional en mayo de 1968, llevado a cabo en Chimbote, revalora el contexto del rol de la juventud y propone como tarea prioritaria acentuar la “capacitación política”.
Las elecciones generales de 1969, auspiciaban una perspectiva favorable.

El IV Congreso Nacional de la JAP, denominada “VICTORIA DE LA TORRE DE HAYA”, aclamó la candidatura presidencial de HAYA de la TORRE, frente a la cual, las Fuerzas Armadas respondieron con el golpe de Estado del 3 de octubre de 1968.
La dictadura desató una ofensiva en contra del APRA, intentando arrebatarle banderas en su “Plan INCA” y recurriendo a medidas efectistas de propagada difamatoria. Como una paradoja de la historia, el partido que en sus inicios fue proscrito por “subversivo” y “extremista” al promover una profunda transformación en las concepciones políticas tradicionales del país, Cincuenta años más tarde, se vió envuelto en medio de una campaña que pretendió hacerlo aparecer como "reaccionario" y "caduco".
Sin embargo, la fe inquebrantable de la masa aprista y el trabajo denodado especialmente de sus juventudes, mantuvieron indiscutibles sus banderas y liderazgo. La actuación de la JAP fue vital para mantener la presencia aprista en el escenario político nacional.
El partido, impulsó una ofensiva de trabajo social y político contra la propaganda del gobierno militar e incorpora a vastas e incalculables legiones juveniles que comenzaban a organizar el reclamo el pronto retorno a la democracia.
A fines de 1973 se realiza la Primera Convención Nacional de Estudiantes Secundarios Apristas, que sentó las bases de una muy positiva renovación en las bases de la JAP.
Se conforma la célula Sindical "ARTURO SABROSO" con estudiantes universitarios que se vincularon a la producción y la labor sindical en calidad de obreros en diversas fábricas, donde instalaban sedes de las Universidades Populares “Gonzáles Prada” destinadas a dotar de conocimientos y técnica al proletariado.

Con anterioridad, el BURO DE CONJUNCIONES, entidad creada por HAYA DE LA TORRE para fortalecer el partido, representó un núcleo sobresaliente de jóvenes incorporados a la primera línea de la dirección política aprista.
Esta estrategia de incorporar jóvenes, generó amplias simpatías y facilitó el desarrollo de una labor juvenil activa en el campo social.
En 1972 - 1973 los estudiantes secundarios enfrentaron la política educativa con huelgas y la formación de Federaciones de Estudiantes Secundarios bajo los auspicios de la JAP.
En las universidades, la lucha contra los decretos leyes 17437 y 19326, tuvo su mejor momento a tal punto que hizo retroceder al gobierno que presto, formó una comisión para evaluar las consecuencias de las protestas producidas por la juventud universitaria, la misma que se rebelaba contra el intervencionismo, por mas rentas y contra leyes que lesionaban la autonomía universitaria consagrada desde el año 1919 las luchas por la “reforma universitaria”.
Las organizaciones gremiales y sus liderazgos juveniles apristas, respondieron a las expectativas de una lúcida dirección política, lo que produjo que tiempo después, en el XI Congreso Nacional del Partido, se diera la unidad entre fuerzas juveniles y organismos sindicales a tal punto que el c. Jesús Guzmán fue elegido como Secretario General Colegiado, órgano máximo de la dirección política del PAP, como expresión de la voz y el triunfo de la fuerza juvenil aprista contra la dictadura militar.
Ya los sucesos del 5 de febrero de 1975, habían sido el punto álgido de la acción política juvenil aprista. Al producirse la movilización juvenil aprista para protestar por los abusos y atropellos de la dictadura militar y sus agentes, una condenable masacre de la que fueron objeto los trabajadores – policías de la Guardia Civil, en el local de “Radiopatrulla” en el distrito Limeño de La Victoria fue el factor desencadenante de diversas tragedias
El país entero condenó de inmediato lo sucedido, y una serie de movilizaciones populares comenzaron a producirse. Ante la ausencia de vigilancia policial, elementos lumpenizados saquearon tiendas comerciales.
El partido y la JAP no solo condenaron los hechos, sino que diferenciaron nítidamente lo que fue la justa protesta popular y el vandalismo no solo impulsado por la tensión social acumulada, sino también, por infiltrados que hicieron de las suyas bajo la mirada cómplice de un sector de militares, cuyo enfrentamiento al general Velasco que gobernaba el país, era ya público.
...El comunismo calló entonces en siete idiomas, entre otras cosas sostuvieron que se trataba solo de menores “contradicciones al interior de la Junta Militar”. Sin embargo, en el Congreso de la Federación de Estudiantes del Perú (FEP) controlada por el maoísmo y realizado en Arequipa en 1976, reconoció que “cometieron un error por no haber tomado la iniciativa que tuvo el paro del 5 de febrero”.
En julio de 1977, se realiza la Convención Nacional del Partido.
Se convoca a Asamblea Constituyente y su resultado electoral, si bien catapultó la grandeza y presencia de Haya de la Torre, nos puso también frente a otra verdad que en la Convención Nacional JAP de 1979, ARMANDO VILLANUEVA resumió diciendo: "No somos mayoría. Somos minoría. Somos 37% frente a 63. " En dicho evento, una vez más, se comprobó la necesidad de darle al estamento juvenil del partido, mayor dinamismo y decisión política.
En el XII Congreso del Partido, la JAP asistió a un debate esclarecedor sobre su rol. En este evento, máximo organismo de gobierno del APRA, y por mandato de los delegados de todo el país, se respaldo la labor juvenil y se fortaleció toda su estructura universitaria y escolar, dándole incluso a sus secretarios generales, representación en el Comité Ejecutivo Nacional del partido.
Muerto el fundador y guía, el partido enfrentó la necesidad de escoger al candidato a la presidencia de la república en las elecciones que se producirían el año 1980. El Comando Escolar Aprista (CEA) miembro de las juventudes apristas, oficializó la postulación de ARMANDO VILLANUEVA DEL CAMPO y los gruesos sectores juveniles que lo apoyaron, así como organismos gremiales y sociales, hicieron que su candidatura resultara indiscutible.
Reunido el XIII Congreso del Partido, la JAP, con lealtad y pundonor, nuevamente respaldó no solo al hombre que había batallado hábilmente y durante toda su vida por imprimirle al partido carácter, definición e identidad plena, sino que reconoció en la figura de Armando Villanueva el valor de la lealtad.
En octubre de 1980, el V Congreso Nacional JAP produjo elecciones para elegir su nuevo Comando Nacional, entidad de dirección que recibió además, el encargo de profundizar el concepto aprobado por unanimidad en su plenaria de conclusiones: “... nuestro partido no nació solo para participar en elecciones, ganar unos cuantos puestos en el parlamento, copar municipios y darse una vida similar a cualquier partido reaccionario... No. El PAP ha nacido para la realización de la justicia social en el Perú y para contribuir a la transformación indoamericana y mundial”.

Durante todo de co-gobierno de Acción Popular y el Partido Popular Cristiano, es decir, hasta el año 1985, la Juventud tuvo un rol protagónico encabezando las movilizaciones partidarias y sociales en defensa del pueblo.
Se amplió las perspectiva y la juventud tuvo un desarrollo sectoral importante. Si bien la expectativa electoral del año 1985, trajo como consecuencia objetiva la llegada de muchos jóvenes al partido, la labor que éstos realizaron se canalizaron a través de eventos de todo tipo.

En 1985 y habiendo ganado las elecciones el c. Alan García Pérez, en noviembre miles de jóvenes llenaron en Lima, el Estadio “José Díaz” o Nacional que es como se le conoce, protagonizando uno de los actos políticos de adhesión a líder político alguno más importante que registra la historia peruana y solo comparable con los eventos protagonizados por Haya de la Torre en la Plaza de Acho.
Escolares, universitarios y estudiantes de academias e instituciones de todo tipo prepararon alegorías y escenas tributadas desde las graderías y del gramado brindándole además al presidente García, su compromiso a favor de campañas de descentralización y servicio social.
La JAP acompañó al presidente García en sus periplos por todo el país y se incorporó a las labores del PAIT y a cuanto proyecto de desarrollo social se planteaba.
En el Ministerio de Educación, a través de las Oficinas Especiales para la Juventud, legiones de compañeros se adscribieron entusiastas a las campañas de alfabetización y a los proyectos de Naciones Unidas para fines educativos.
Largas jornadas de capacitación y entrenamiento político signaron el trabajo de los jóvenes en este período, así como también, importantes revistas como “Rebelión” e “Insurgir” circularon promovidas por el Comando Nacional de la JAP.
Entre 1990 y el 2001, la JAP incorporó sus mejores cuadros a las campañas en lucha por la democracia y contra el autoritarismo Fujimontesinista.
La juventud se movilizó activamente a pesar de la persecución a la que fue sometida. Sus principales jornadas se protagonizaron en las universidades, las que finalmente, fueron intervenidas por el prófugo Fujimori, expulsando docentes progresistas y los principales dirigentes estudiantiles expulsados “por hacer política”.
Los jóvenes apoyaron entusiastamente campañas como la de Transparencia, Manos Limpias, del “lavado de la bandera”, el “mural de la vergüenza” o “el lavado del televisor”protagonizando así, ejemplares y bellos episodios de entrega a sus ideales de libertad, justicia y participación y por supuesto, de amor por el Perú.

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